Las 10 mayores caídas bursátiles de los últimos 100 años

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El último siglo ha sido una montaña rusa para los inversores. Este artículo examina diez de los desplomes más espectaculares de los que ha sido testigo el mercado bursátil, desde el estallido de la burbuja de las puntocom impulsada por la tecnología hasta la conmoción económica mundial provocada por la pandemia del COVID-19. Cada desplome ofrece una historia única que pone de manifiesto las vulnerabilidades del sistema y destaca la interconexión de los mercados financieros de todo el mundo. Cada desplome ofrece una historia única, expone las vulnerabilidades del sistema y pone de relieve la interconexión de los mercados financieros de todo el mundo.

Estallido de la burbuja de Internet: 2000 - 2022

Impulsadas por el entusiasmo generado por la revolución de Internet, a finales de la década de 1990 se produjo una explosión en el número de empresas de Internet, a menudo apodadas "punto-com" por su dirección web .com. Los inversores se volcaron en estas jóvenes empresas, llevando los precios de las acciones a cotas vertiginosas. El NASDAQ, un índice fuertemente orientado a los valores tecnológicos, subió más de un 400% entre 1995 y 2000.

Sin embargo, muchas de estas empresas carecían de un camino claro hacia la rentabilidad, confiando más en el potencial futuro que en los beneficios actuales. En 2000, la burbuja estalló. La confianza de los inversores se erosionó y los precios de las acciones se desplomaron. El NASDAQ perdió más del 80% de su valor en 2002, tragándose billones de dólares. Mientras proseguía la revolución de Internet, el desplome puso de manifiesto los peligros de invertir en empresas basadas en el bombo publicitario y no en fundamentos sólidos. Las secuelas se dejaron sentir durante años y sirvieron de advertencia para futuros auges tecnológicos.

Estallido de la burbuja de Internet

Crisis financiera mundial: 2008 - 2009

La crisis financiera mundial, desencadenada por el colapso del mercado inmobiliario estadounidense en 2008, sacudió las economías de todo el mundo. En el centro de la crisis estaban los préstamos de riesgo empaquetados en complejos instrumentos financieros conocidos como valores respaldados por hipotecas. Cuando los propietarios de viviendas empezaron a dejar de pagar sus hipotecas, el valor de estos valores se desplomó, haciendo caer a las principales instituciones financieras.

Este efecto dominó provocó una caída espectacular de los mercados bursátiles de todo el mundo. El índice industrial Dow Jones, uno de los principales de Estados Unidos, se desplomó más de un 50% entre su máximo de octubre de 2007 y su mínimo de marzo de 2009. Millones de personas han perdido su empleo y su vivienda como consecuencia de la recesión y la congelación del crédito.

La crisis puso de manifiesto las deficiencias de la regulación financiera y de las prácticas crediticias. La economía mundial tardó años en recuperarse, lo que puso de manifiesto la interconexión de los sistemas financieros y las posibles consecuencias de la asunción incontrolada de riesgos.

Crisis financiera mundial

Lunes negro: 19 de octubre de 1987

El lunes negro, 19 de octubre de 1987, pasará a la historia financiera como la mayor caída porcentual jamás registrada en un día del índice Dow Jones. En un solo día, el Dow cayó un asombroso 22,6%, aniquilando casi una cuarta parte de su valor. El pánico se apoderó de los mercados de todo el mundo, y otros índices importantes también sufrieron pérdidas significativas.

La causa exacta del desplome sigue siendo objeto de debate. Algunas teorías apuntan a la negociación programada, una práctica relativamente nueva en aquella época, que pudo amplificar la presión vendedora. Otros sugieren que una confluencia de factores como la subida de los tipos de interés y el debilitamiento del dólar contribuyeron a la caída.

A pesar de la gravedad de la situación, el mercado se recuperó con bastante rapidez. El Dow Jones recuperó su nivel anterior al desplome en dos años. Sin embargo, el Lunes Negro fue un duro recordatorio de la vulnerabilidad del mercado bursátil a las caídas repentinas y de la posibilidad de que los factores psicológicos desempeñen un papel importante en los movimientos del mercado.

Lunes negro

Pandemia de COVID-19: 2020

La rápida propagación de la pandemia de COVID-19 a principios de 2020 ha desencadenado una espectacular caída de los mercados bursátiles de todo el mundo. Los inversores, atenazados por el miedo y la incertidumbre sobre el impacto económico del virus, se apresuraron a vender sus acciones. El S&P 500, un amplio índice de renta variable estadounidense, cayó más de un 30% desde su máximo de febrero de 2020 en el espacio de unas pocas semanas. Se trata de la caída más rápida en la historia de un mercado bajista (una caída del 20% o más).

El desplome no se limitó a un solo sector. Las acciones de todos los sectores, desde los viajes y la hostelería hasta la industria manufacturera y el comercio minorista, sufrieron pérdidas significativas. Sin embargo, la caída fue relativamente breve. Gracias a la rápida intervención del gobierno y a las medidas de estímulo, los mercados se recuperaron con fuerza.

El desplome de COVID-19 puso de manifiesto la vulnerabilidad de la renta variable ante acontecimientos inesperados y la posibilidad de que las crisis mundiales perturben los mercados financieros. También puso de relieve el papel de las políticas gubernamentales para mitigar las recesiones económicas.

Pandemia de COVID-19

La burbuja de los precios de los activos en Japón: 1989 - 1992

La burbuja de los precios de los activos japoneses de finales de los 80 fue un periodo de inflación de los precios de las acciones y los inmuebles, alimentada por el crédito fácil y la especulación. Los precios del suelo en las principales ciudades se dispararon más de un 400% y el índice bursátil Nikkei, una referencia clave en Japón, triplicó su valor. Este crecimiento aparentemente imparable atrajo aún más inversiones, inflando aún más la burbuja.

La burbuja estalló en 1989 y el Nikkei cayó más del 80% en 1992. Los valores inmobiliarios siguieron el mismo camino, cayendo significativamente. Las consecuencias económicas fueron graves. Los bancos, sobrecargados de deudas incobrables debido al colapso de la inversión, se volvieron reacios a asumir riesgos, lo que frenó los préstamos y el crecimiento económico.

Japón entró en un periodo de estancamiento conocido como la "década perdida". La deflación se instaló y el crecimiento económico se mantuvo débil durante años. El colapso de la burbuja puso de relieve los peligros de la especulación descontrolada y la importancia de un planteamiento equilibrado del crecimiento económico.

burbuja de los precios de los activos en Japón

Crisis del petróleo: 1973

La crisis del petróleo de 1973 sacudió la economía mundial. En respuesta a las tensiones políticas en Oriente Medio, los miembros árabes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) impusieron un embargo de petróleo a varios países occidentales. Esta medida desencadenó una subida repentina y espectacular de los precios del petróleo, que casi se cuadruplicaron en el espacio de unos meses.

El impacto en los mercados bursátiles fue rápido y grave. El Promedio Industrial Dow Jones se desplomó más de un 45% durante este periodo, reflejando la incertidumbre económica y las presiones inflacionistas provocadas por la crisis energética. Más allá de los mercados bursátiles, la crisis ha provocado escasez de gasolina, largas colas en los surtidores y una huida hacia fuentes de energía alternativas.

La crisis del petróleo ha obligado a los países a replantearse su dependencia del exterior y ha estimulado la inversión en ahorro energético y combustibles alternativos. También ha puesto de relieve la interconexión de los mercados mundiales y la posibilidad de que los acontecimientos geopolíticos interrumpan el flujo de recursos esenciales.

Crisis del petróleo

Crisis financiera rusa: 1998

La crisis financiera rusa de 1998 asestó un golpe brutal a la incipiente economía de mercado del país. Años de mala gestión económica llevaron al rublo a perder más de la mitad de su valor frente al dólar en un solo día. La devaluación desencadenó un efecto dominó de impagos, quiebras bancarias y profunda recesión. El PIB cayó más de un 5% y la inflación se disparó hasta el 84%.

Crisis financiera rusa

Aunque la crisis inicial ha remitido, las dificultades del rublo no han terminado. Desde 2015, la moneda se enfrenta a nuevas presiones devaluatorias. Factores como la caída de los precios del petróleo, las sanciones occidentales impuestas tras la anexión de Crimea y la fuga de capitales (inversores que retiran su dinero de Rusia) han contribuido al declive del rublo.

rublo

La Gran Depresión: 1929 - 1932

La Gran Depresión, un periodo de grave declive económico que comenzó en 1929, no fue desencadenada por un único acontecimiento, sino por el estallido de una burbuja bursátil. El índice Dow Jones cayó más de un 80% en 1932. No fue sólo un colapso financiero; tuvo consecuencias devastadoras en el mundo real.

El desempleo alcanzó un asombroso 25%, lo que significó que millones de estadounidenses perdieron su trabajo. Las fábricas cerraron, las granjas quebraron y las colas se convirtieron en una cruda realidad. El coste humano fue inmenso, ya que las familias luchaban por llevar comida a la mesa y la falta de vivienda se generalizó.

La Gran Depresión no se limitó a Estados Unidos. La interconexión de los mercados globales permitió que la crisis se extendiera por todo el mundo. Aunque la Depresión remitió en 1933, dejó una larga sombra, y las economías tardaron años en recuperarse por completo. Este periodo es un duro recordatorio de la fragilidad de la prosperidad económica y de las repercusiones de las crisis financieras.

Gran Depresión

Martes negro: 29 de octubre de 1929

El martes negro, 29 de octubre de 1929, marcó un punto de inflexión en la historia. No fue el primer día del crack bursátil, pero sí el más espectacular. El pánico se apoderó de Wall Street, con un récord de 16 millones de acciones negociadas. El Promedio Industrial Dow Jones se desplomó más de un 12% en un solo día, aniquilando miles de millones de dólares de riqueza.

No fue un acontecimiento de un solo día. La caída se prolongó durante meses y el Dow llegó a perder más del 80% de su valor. El Martes Negro se convirtió en un símbolo de la Gran Depresión, subrayando la fragilidad del floreciente mercado bursátil de los años veinte y marcando el comienzo de una década de dificultades económicas.

Martes negro

En conclusión, la historia nos demuestra que las caídas bursátiles son inevitables. Mientras que algunas, como la Gran Depresión, han tenido consecuencias económicas devastadoras, otras, como la crisis de COVID-19, han resultado ser accidentes temporales, al menos por el momento. Comprender estos acontecimientos históricos puede ayudar a los inversores a capear futuros periodos de volatilidad y a tomar decisiones con conocimiento de causa en un panorama financiero complejo y en constante cambio.

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