¿Por qué la mayoría de los traders pierden dinero?
El trading es una de esas cosas que mucha gente cree que puede hacer bien.
Pero las estadísticas demuestran que la gran mayoría de los traders pierden dinero.
¿Por qué ocurre esto?
Este artículo analiza las razones de estas pérdidas y examina los retos y dificultades a los que se enfrentan los inversores en su búsqueda de beneficios rápidos.
Puntos clave:
- Exceso de confianza y negociación emocional
- Muchos operadores subestiman enormemente la complejidad del mercado y permiten que sus emociones anulen los disciplinados procesos de toma de decisiones necesarios para ir un paso por delante.
- Las finanzas/el trading es uno de esos ámbitos en los que quienes tienen poca o ninguna experiencia suelen tener una opinión más sólida que quienes se ganan la vida con éxito.
- Los traders saben que los mercados funcionan sobre la base de probabilidades y que la clave es tener una ventaja estadística a largo plazo.
- Sistema de retroalimentación roto
- Los mercados distorsionan la retroalimentación de forma peligrosa. Abarcamos 14 categorías de formas en que esto es cierto.
- Los mercados distorsionan la retroalimentación de forma peligrosa. Abarcamos 14 categorías de formas en que esto es cierto.
- Desventaja informativa y falta de ventaja estadística
- Los operadores minoristas compiten a menudo contra sofisticados algoritmos y no tienen acceso a información oportuna y de calidad.
- Costes de transacción elevados
- Las operaciones frecuentes erosionan los beneficios debido a las comisiones, los spreads y el slippage, que a menudo se subestiman.
- Fatiga psicológica
- La necesidad constante de tomar decisiones rápidas o simplemente forzarlas puede llevar a un juicio deficiente y a errores costosos.
La ilusión del dinero fácil
Muchos aspirantes a traders se sienten atraídos por la promesa de beneficios rápidos y sustanciales.
Les cautivan las historias de operadores que convirtieron pequeñas cuentas en fortunas de la noche a la mañana, por ejemplo, las criptomonedas, GameStop, AMC y otros fenómenos financieros sociales.
La inspiración es estupenda, pero puede llevar a malinterpretar lo difícil que es realmente competir en los mercados.
El trading es una profesión difícil y muy estresante que requiere un conjunto único de habilidades, conocimientos y fortaleza psicológica.
Subestimar la complejidad de los mercados
Los traders principiantes suelen pensar que el trading es bastante sencillo.
Ven los gráficos y los movimientos de los precios como simples patrones que hay que descifrar, ignorando la compleja gama de factores que determinan el comportamiento del mercado.
Hay todo tipo de compradores y vendedores, de distinto tamaño e influencia, todos con motivaciones diferentes.
Los indicadores económicos, los acontecimientos geopolíticos, los fundamentos de las empresas, el sentimiento del mercado y la actividad de compraventa contribuyen a los movimientos de los precios de un modo a menudo impredecible y difícil de analizar.
No sólo fundamentos
Las transacciones del mercado no se basan únicamente en factores fundamentales como el tiempo.
El tiempo es un sistema muy complejo, pero actúa independientemente de lo que piensen los seres humanos y los sistemas creados por el hombre.
Si se dispone de más datos y mejor potencia de cálculo, las previsiones tienden a ser más exactas con el tiempo.
Los mercados, en cambio, no funcionan así.
Los mercados operan sobre la base de expectativas actualizadas, porque las expectativas, previsiones y decisiones de la gente influyen en sus propias decisiones, que a su vez influyen en los precios del mercado.
En otras palabras, las decisiones de las personas forman parte del propio sistema en lugar de existir independientemente de él.
Esto crea bucles de retroalimentación únicos.
Lo importante no es si las cosas suceden de una determinada manera, sino cómo se desarrollan en relación con lo que ya está incluido en el precio.
A veces las cosas «buenas» hacen que los mercados bajen, y a veces las cosas «malas» hacen que suban.
Son los mercados los que reaccionan en relación con las expectativas incorporadas al precio, es decir, cómo se desarrollan los acontecimientos y cómo cambian las condiciones descontadas respecto a lo que eran antes.
El inconveniente de la información
Algoritmos
Los traders humanos están en gran desventaja en algunos aspectos.
Los algoritmos sofisticados pueden procesar grandes cantidades de datos y ejecutar operaciones en milisegundos.
Pueden procesar la información con mayor rapidez y precisión, y ser menos emocionales y parciales de lo que cualquier ser humano podría esperar ser.
Estos algoritmos, utilizados por las principales instituciones financieras y fondos de cobertura, pueden aprovechar pequeñas diferencias de precios en milisegundos y aplicar esta lógica de forma coherente.
Este avance tecnológico hace que sea increíblemente difícil para los operadores individuales encontrar y explotar oportunidades rentables a través del trading táctico.
El mito (general) del operador informado
Muchos operadores creen que pueden obtener una ventaja mediante la investigación y el análisis diligentes.
Sin embargo, a menudo trabajan con información de dominio público que ya ha sido incorporada al mercado.
Los analistas profesionales con acceso a recursos superiores, capacidades analíticas y relaciones privilegiadas ya han diseccionado esta información.
No es fácil que un operador individual disponga de mejor información, análisis o tecnología para obtener una ventaja estadística sobre los traders profesionales.
Dificultad para discernir opiniones precisas o válidas
Los traders principiantes suelen tener dificultades para distinguir entre las opiniones creíbles y las que no lo son, ya que carecen de la experiencia y los conocimientos necesarios para juzgar.
Al ser nuevos en el mundo del trading, es posible que no comprendan del todo las complejidades de los mercados, lo que les hace vulnerables a consejos persuasivos pero potencialmente engañosos o erróneos.
Sin una base sólida, no pueden evaluar fácilmente el historial o la experiencia de las distintas fuentes, lo que les lleva a confiar en la opinión popular, en juicios intuitivos simplistas que «suenan a verdad», en el bombo mediático de las redes sociales o en personas que suenan seguras de sí mismas, en lugar de en quienes tienen una visión genuina y estrategias probadas.
Esta falta de discernimiento hace difícil distinguir los consejos útiles del ruido.
Siempre es buena idea empezar prestando atención al razonamiento de las personas y no sólo a sus conclusiones.
La batalla psicológica
El trading puede ser un campo de minas emocional. Las pérdidas y ganancias rápidas pueden desencadenar sentimientos de euforia, miedo y ansiedad.
Estas emociones pueden llevar a tomar decisiones impulsivas que desvíen a los operadores de sus estrategias.
Las series de ganancias pueden provocar un exceso de confianza, mientras que las pérdidas pueden llevar a un comportamiento arriesgado en un intento de recuperación.
Las probabilidades de realizar una operación y que ésta se vuelva a su favor no suelen ser inferiores al 50-50*, lo que sugiere que la persona media tiene posibilidades de conseguirlo.
Haces una operación y sale a tu favor o no.
*Es menos del 50-50 debido a los costes de transacción (el spread + cosas como las comisiones).
Para empeorar las cosas, a menudo se dice que "el fondo de cobertura medio no bate al S&P 500".
Un trader novato que consigue lanzar varias monedas seguidas puede pensar que sabe lo que hace, cuando en realidad es sólo la varianza la que juega temporalmente a su favor.
El estrés de la toma constante de decisiones
Para los operadores que intentan ganar dinero, esto significa que están sometidos a una presión constante para hacer algo.
Cada tick en el mercado puede suponer un nuevo punto de decisión: ¿comprar, vender o mantener?
Esta necesidad de tomar decisiones rápidas puede provocar fatiga mental, nublar el juicio y aumentar la probabilidad de cometer errores.
A algunas personas les cuesta aceptar la idea de que han dedicado mucho tiempo a hacer algo en un día determinado con el único propósito de perder dinero.
Esto conduce a todo tipo de problemas, como las operaciones por venganza.
Con el tiempo, el estrés puede tener un efecto perjudicial en el rendimiento.
Retos técnicos
Los escollos del análisis técnico
Muchos operadores se basan en gran medida en el análisis técnico, estudiando gráficos e indicadores para predecir los movimientos futuros de los precios.
Estas herramientas pueden ser útiles en algunos aspectos, como la comprensión de la probabilidad de que el activo se comporte de diversas maneras (volumen, volatilidad, naturaleza de los movimientos de precios, liquidez general del activo), pero distan mucho de ser infalibles.
Las tendencias pasadas de los precios no garantizan el rendimiento futuro, y muchas señales técnicas pueden ser engañosas o generar falsos positivos.
Confiar demasiado en el análisis técnico puede conducir a una falsa sensación de certidumbre.
La trampa de la ejecución de órdenes
Los inversores suelen ser víctimas de una ejecución de órdenes desfavorable.
Cuando colocan órdenes en el mercado, es posible que se ejecuten a precios inferiores a sus expectativas debido a slippage, sobre todo en mercados con movimientos rápidos o sin liquidez.
Las órdenes a precio limitado, aunque ofrecen certidumbre en cuanto al precio, pueden no ejecutarse en absoluto si el mercado se aleja rápidamente.
Esta lucha constante por ejecutar las órdenes puede erosionar los beneficios y agravar las pérdidas.
Costes de transacción
Los costes de transacción también pueden ser mucho más elevados de lo que se piensa.
Por ejemplo, supongamos que un operador quiere vender una opción de venta.
El diferencial es de 0,25 (oferta) - 0,28 (demanda).
Es un diferencial relativamente estrecho, pero amplio si se tiene en cuenta que 0,03 representa más del 10% del valor de la opción.
Venden a 0,25 (25 dólares por 100 acciones por contrato) y pagan una comisión de 2 dólares. Dos dólares no es mucho, pero de nuevo es mucho comparado con el tamaño de la operación.
Una vez que entraron, el precio de la opción se fijó en 28 dólares (una pérdida de 3 dólares) debido a la forma en que funcionaba el diferencial, y pagaron una comisión de 2 dólares.
Así que perdieron 5 dólares en un activo que valía 25 dólares.
Eso es el 20% del valor (!)
Sabiendo que si no tienen ventaja en el mercado si hacen operaciones tácticas, pierden mucho valor en un juego de suma cero.
Los costes de cambio también pueden pesar mucho en la balanza.
Muchos subestiman su efecto acumulativo.
Llega el fisco
Los beneficios del trading, cuando se realizan, se gravan generalmente como ganancias de capital a corto plazo, sujetas a tipos más altos que las inversiones a largo plazo (porque los responsables políticos quieren fomentar las inversiones estables en interés de la formación de capital).
Esta carga fiscal puede reducir significativamente los rendimientos netos, dificultando aún más la obtención de rentabilidad.
Muchos traders principiantes no tienen en cuenta los impuestos en sus cálculos de rendimiento, lo que puede dar lugar a desagradables sorpresas en la temporada de impuestos.
Sistema de retroalimentación roto
La mayoría de los traders pierden dinero no sólo porque los mercados son difíciles, sino porque sus sistemas de retroalimentación están fundamentalmente rotos.
En un entorno basado en habilidades que funcione correctamente, las acciones producen una retroalimentación clara, coherente y oportuna que permite a las personas mejorar.
Pero el trading distorsiona la retroalimentación de forma sutil y peligrosa.
El éxito suele disociarse de la calidad del proceso, la aleatoriedad se interpreta erróneamente como habilidad y el ruido emocional de la experiencia anula el análisis racional.
A continuación se exponen las principales formas en que esto se manifiesta.
Interpretación errónea de los resultados: La ilusión de competencia a partir de los beneficios brutos
El inversor A ahorra 1.000 dólares al mes e invierte de forma pasiva en un amplio índice de mercado, obteniendo unos rendimientos medios (~50 %ile).
El inversor B, por su parte, ahorra 10.000 $ al mes e invierte activamente en el mercado, aunque, con su déficit de conocimientos, sólo obtiene un tercio de los rendimientos del índice.
Al cabo de 40 años, el Inversor B acaba teniendo más del doble de riqueza que el Inversor A.
La cuestión aquí es que el mayor resultado del Inversor B es enteramente una función de la aportación de capital, no de la habilidad para el trading o la inversión.
Sin embargo, puede creer que es un comerciante/inversor de éxito, cuando en realidad sus rendimientos fueron objetivamente pobres.
Simplemente ahorraron mucho, e incluso obtuvieron rendimientos positivos. Simplemente obtuvieron un rendimiento significativamente inferior al que podrían haber obtenido sin hacer nada (es decir, indexando).
El sistema de retroalimentación en este caso - «he ganado mucho dinero»- enmascara el hecho de que su estrategia tuvo un rendimiento inferior por un amplio margen. Una señal defectuosa produce una confianza equivocada.
Ruido disfrazado de señal: Opiniones, prejuicios y falsa autoridad
Todos los días hay voces en Internet y en los medios de comunicación que hacen afirmaciones contradictorias sobre el mercado.
Siempre habrá alguien que «tenga razón», simplemente debido a la naturaleza probabilística de los mercados, especialmente en plazos cortos.
Una opinión de mercado al azar es básicamente una moneda al aire en la superficie - hacia arriba o hacia abajo. Operar con ella tiene muchas menos probabilidades del 50-50 y hay factores que influyen una vez que se ha realizado la operación (si es que se realiza).
Si combinamos esto con el sesgo retrospectivo, el encuadre selectivo y la falta de responsabilidad real, obtenemos una avalancha de comentarios que suenan seguros pero que no tienen valor predictivo.
Muchos traders los consideran erróneamente información fiable y refuerzan malos hábitos basándose en éxitos aleatorios.
Los comentarios que reciben no se derivan de ninguna ventaja real, sino que son un teatro del rendimiento.
Digamos que tienen la opinión de que el mercado bajará. Eso es 50/50, cara o cruz.
Supongamos que baja en algún momento y pueden considerarlo acertado. Y una pequeña fracción de las veces, tal vez, que realmente hizo el comercio (que vendió, en corto, lo que sea).
Bien, al cabo de un mes o unos meses se recupera el drawdown...
¿Sigue siendo correcta esa opinión? ¿Volvieron a entrar en algún momento? ¿Obtuvieron el beneficio previsto?
Todo son conjeturas.
Incluso los traders e inversores profesionales sólo conocen las cosas en el contexto de las distribuciones de probabilidad y su evolución en el tiempo, no de previsiones puntuales concretas.
Externalizar el fracaso: Error de atribución y protección del ego
Cuando las cosas van mal, muchos traders culpan a fuerzas externas: la Reserva Federal, los políticos, «los algos», su asesor financiero, la volatilidad, los creadores de mercado, las «falsificaciones» o la mala suerte.
Rara vez aceptan que su entrada fue mala, que su riesgo estaba mal alineado o que su ventaja no existía.
Este error de atribución es una forma de evitar la retroalimentación. Aísla el ego pero bloquea el crecimiento.
Como resultado, repiten los mismos comportamientos, protegidos de la dolorosa (pero necesaria) introspección que conduce al progreso.
Confundir azar con habilidad
Los traders que ganan al principio de su carrera suelen hacerlo por accidente.
Pero, emocionalmente, esas victorias se sienten validadas, como si el mercado recompensara la inteligencia o la intuición.
Esta percepción positiva les lleva a asumir más riesgos, a pesar de la falta de ventaja.
Cuando llegan a la reversión estadística, ya han escalado y están sobreexpuestos.
Su bucle de retroalimentación nunca se basó en la habilidad. Se basaba en una interpretación errónea de la varianza como valor.
La dopamina como dato: Refuerzo psicológico del acto de hacer trading
El acto de hacer trading -observar gráficos, colocar órdenes, ver destellos verdes en una pantalla e incluso la forma en que algunos brokers gamifican el trading- crea sus propias recompensas emocionales.
Este ciclo de dopamina refuerza la actividad, no la rentabilidad. Incluso los traders que pierden dinero constantemente pueden sentir que tienen «el control» o que «casi lo tienen», simplemente porque están estimulados.
La retroalimentación a la que responden no es financiera, sino neuroquímica.
Ganancias a corto plazo, pérdidas a largo plazo
Algunos sistemas de trading producen pequeñas ganancias frecuentes (por ejemplo, vendiendo opciones OTM). Esto genera confianza y la ilusión de una buena estrategia.
Pero estos mismos sistemas a menudo conllevan el riesgo de pérdidas raras y devastadoras debido a controles de riesgo deficientes o salidas indefinidas.
Cuando llega el inevitable estallido, echa por tierra meses o incluso años de beneficios.
La retroalimentación de las ganancias a corto plazo era engañosa; nunca tuvo en cuenta la asimetría del riesgo.
Movimiento del mercado ≠ Validación
Que una operación acabe siendo rentable no significa que la operación fuera buena.
Un trader podría simplemente ser rescatado por la varianza del mercado.
Cuando esto ocurre, aprende la lección equivocada: que «aguantar» funciona.
El feedback sugiere resistencia, pero lo que realmente se está reforzando es la falta de disciplina y el riesgo desajustado.
El sesgo del resultado anula la calidad del proceso
Los traders suelen juzgarse a sí mismos en función de si han ganado o perdido dinero con una operación.
Pero eso es al revés.
Una operación bien estructurada con un razonamiento sólido puede perder debido al azar. Una apuesta temeraria y arriesgada también puede ganar.
Si los traders dejan que los resultados a corto plazo dicten la evaluación del proceso, acaban abandonando las buenas estrategias demasiado pronto o consolidando las malas a través de la suerte.
El sistema de retroalimentación se invierte: los resultados son más importantes que el razonamiento.
Cámaras de eco y trampas de comparación
En Twitter, Reddit, Discord y YouTube, los operadores están constantemente expuestos a los carretes de las victorias de otros - multi-baggers, entradas perfectas, riquezas rápidas.
Este tipo de información sesga la percepción. Los traders empiezan a juzgar su propia competencia en función de cómo se comparan con una realidad distorsionada.
Y lo que es peor, empiezan a perseguir las estrategias de los demás, pensando que lo que funciona para otros también debería funcionar para ellos.
Es la retroalimentación a través de la comparación, no a través de la maestría.
La emoción como retroalimentación: Altas, bajas y operaciones reactivas
Las grandes ganancias sientan bien. Las grandes pérdidas sientan mal (incluso peor de lo que sientan las grandes victorias).
Pero cuando la emoción se convierte en la principal señal de retroalimentación, la racionalidad queda secuestrada. Los operadores empiezan a perseguir sentimientos en lugar de ejecutar planes.
El exceso de confianza sigue a la euforia y la venganza al dolor.
El mercado se convierte en un adversario emocional, no en un entorno probabilístico.
Los traders que no pueden separar la emoción de la evaluación se convierten en víctimas de su propia química cerebral.
Ignorar los resultados netos: Costes, fricciones e ilusiones de rentabilidad
Las pérdidas y ganancias brutas pueden parecer decentes, pero ¿qué ocurre con el deslizamiento, los diferenciales, las comisiones, los gastos de plataforma y los impuestos?
Muchos day traders ignoran los costes de fricción que erosionan lentamente su ventaja.
Pueden pensar que están en equilibrio, o incluso ganando, porque no hacen un seguimiento preciso de su rendimiento neto.
Este fallo de retroalimentación les mantiene bloqueados en estrategias que en realidad no funcionan después de los costes.
Sin revisión estructurada ni bucle de aprendizaje
Sin un diario de trading, un seguimiento del rendimiento o una auditoría de la estrategia, no existe ningún sistema de retroalimentación.
Muchos traders pasan meses -o años- sin hacer una autopsia adecuada.
Se basan en la memoria, las sensaciones o los resultados elegidos al azar para determinar lo que «funciona».
En este entorno, es imposible identificar lo que hay que mantener, ajustar o descartar.
No existe un bucle iterativo, sino un comportamiento reactivo.
Desajuste del horizonte temporal: Retraso entre la acción y el resultado
Las decisiones de trading no siempre producen una respuesta inmediata.
Una visión macroeconómica puede ser correcta, pero inoportuna. Una posición puede ser correcta en principio, pero poco rentable a corto plazo.
Cuando los traders no pueden tolerar la retroalimentación retardada, abandonan prematuramente las estrategias viables.
O se aferran a las malas sólo porque no han perdido... todavía.
Hay estrategias que ganan más del 90% de las veces pero tienen un valor esperado negativo.
Sin paciencia y una comprensión adecuada de los plazos, la retroalimentación se vuelve ruidosa e inutilizable.
Conclusión prematura a partir de muestras pequeñas
Los traders suelen cambiar de estrategia tras unas pocas victorias o derrotas, demasiado pronto para hacer una evaluación significativa.
Cinco operaciones perdedoras no significan que un sistema esté roto; cinco ganadoras no significan que haya encontrado el santo grial.
Al cerebro humano le encantan las conclusiones rápidas. Pero la ventaja en el trading sólo se revela a lo largo de docenas (si no cientos) de operaciones.
Actuar a partir de muestras minúsculas crea un bucle constante de saltos, dudas y persecuciones, sin llegar nunca a perfeccionarse.
Las matemáticas de la pérdida
La asimetría de las pérdidas y ganancias
Una de las trampas más insidiosas para los operadores es la naturaleza asimétrica de las pérdidas y ganancias.
Una pérdida del 50% requiere una ganancia del 100% para alcanzar el punto de equilibrio.
Esta realidad matemática significa que una serie de pérdidas puede ser devastadora para una cuenta de trading, requiriendo ganancias exponenciales para recuperarse.
Muchos traders no aprecian plenamente esta asimetría, lo que les lleva a asumir riesgos excesivos en su búsqueda de la recuperación.
Muchos traders institucionales intentan limitar sus pérdidas para evitar la realidad no lineal de este fenómeno, a menudo en un 10-20%.
Por otra parte, la mayoría de los operadores tienen una orientación muy ofensiva y no mantienen un equilibrio de calidad entre riesgo y recompensa.
La falacia del jugador
Los inversores suelen ser víctimas de la falacia del jugador, que consiste en creer que una serie de pérdidas debe ir seguida de una ganancia.
Este razonamiento erróneo puede llevar a aumentar el tamaño de las posiciones o a asumir más riesgo tras una serie de pérdidas, magnificando así las pérdidas potenciales.
En realidad, cada operación es un acontecimiento independiente y los resultados pasados no influyen en los resultados futuros.
La ilusión del control
Interpretación errónea del refuerzo aleatorio
A veces, el mercado recompensa las malas estrategias por pura casualidad.
Estos éxitos aleatorios pueden reforzar los malos hábitos de trading, haciendo creer a los operadores que tienen una ventaja ganadora cuando en realidad se trata simplemente de una casualidad a corto plazo.
Esta atribución errónea del éxito puede ser especialmente peligrosa, ya que anima a los traders a asumir más riesgos basándose en una falsa sensación de competencia.
El efecto Dunning-Kruger en el trading
Muchos traders principiantes sufren el efecto Dunning-Kruger, sobrestimando sus propias capacidades y subestimando la complejidad de los mercados.
Este sesgo cognitivo conduce a un exceso de confianza y a una asunción excesiva de riesgos, lo que a menudo se traduce en grandes pérdidas.
A medida que adquieren experiencia y conocimientos, los operadores pueden, paradójicamente, tener menos confianza pero ser más hábiles en su trabajo.
El camino hacia la mejora
La necesidad de capital
Para operar con éxito se necesita una cantidad significativa de capital.
Muchos traders empiezan con fondos insuficientes, lo que les obliga a asumir riesgos excesivos para generar rendimientos significativos.
Esta infracapitalización puede provocar una rápida explosión de la cuenta de trading.
Por otro lado, disponer de un capital adecuado permite a los operadores capear las caídas y les da la tranquilidad psicológica necesaria para ceñirse a sus estrategias.
El largo camino hacia la competencia
Convertirse en un operador rentable es un camino largo y pedregoso.
No sólo requiere conocimientos de los mercados y las estrategias de inversión, sino también el desarrollo del control emocional, habilidades de gestión del riesgo y un profundo conocimiento de la propia psicología (puntos fuertes, puntos débiles, disposiciones).
Muchos operadores en ciernes subestiman el tiempo y el esfuerzo necesarios para alcanzar la competencia, lo que conduce a un desánimo prematuro.
El trading es una actividad como cualquier otra.
No se necesita necesariamente un título, pero hay un aprendizaje y una formación que seguir, como cualquier otra cosa.
Conclusión - ¿Por qué pierden dinero los traders?
El trading no es una forma fácil de hacerse rico.
Es una profesión difícil que requiere una combinación única de habilidad, conocimientos y fortaleza psicológica.
La mayoría de los traders pierden dinero debido a una combinación de factores: falta de información, prejuicios psicológicos, dificultades técnicas y las implacables matemáticas del trading.
Los que triunfan suelen hacerlo tras años de estudio, práctica y experiencia ganada con esfuerzo.
El proceso habitual consiste en encontrar muchas dificultades y utilizar esa experiencia para aprender a hacer las cosas de otra manera.
Perfeccionan e iteran a lo largo del tiempo.
Desarrollan sólidas estrategias de gestión del riesgo, mantienen una estricta disciplina emocional y conocen a fondo la dinámica del mercado.
Aun así, el éxito no está garantizado.
La mayoría de las personas con éxito simplemente se indexan al mercado.
Para quienes se plantean operar, es importante tener expectativas realistas y una comprensión clara de los riesgos que conlleva.
La formación, la práctica con cuentas simuladas y la voluntad de empezar poco a poco y aprender de los errores son esenciales.
Sobre todo, los operadores en ciernes deben estar preparados para la posibilidad de pérdidas y nunca deben arriesgar más de lo que puedan permitirse perder.